miércoles, 5 de diciembre de 2018

JUBILACIÓN, RETIRO, TRABAJO...

Barca tradicional en el lago Bled (Eslovenia)
   ¡Mucho tiempo había pasado desde mi última entrada! Es cierto. Sin embargo, una vez jubilada, cabalgo de nuevo en mi blog, al que tantas horas había dedicado.

    En este momento se impone hablar la etimología. La palabra jubilación no se me quita de la boca. Es bueno marcharse cuando una se encuentra bien de salud y puede disfrutar de la vida y de los pequeños placeres diarios. Estoy cumpliendo al pie de la letra lo que el vocablo significa: dar saltos de alegría al haber abandonado el trabajo. 

   Enlazando con el segundo vocablo, "retiro", declaro que no me estoy retirando de nada que me apetezca hacer. Es más, para mí va a ser tiempo de viajar, mantener mis amistades... y, sobre todo, mi gran ilusión de los últimos años: aprender ruso.

Palacio de Potsdam: La casa china de té (Foto mía)
  ¿Cómo se comprende entonces la relación entre "jubilación" y "trabajo"? De una manera muy sencilla. Me gusta y me ha gustado mucho la filología y la enseñanza de la lengua y la literatura castellanas, pero siempre que se dé una mínima predisposición por parte de los alumnos; es imposible enseñar a quien no quiere aprender, y en esas circunstancias no sirven las premisas vitales ni la vocación. En mi opinión, del profesorado se espera demasiado en la actualidad. Entre otros aspectos, se piensa que debe estar capacitado para solucionar todos los males de la sociedad, lo que resulta imposible. En este sentido, siempre he comentado que, exactamente igual que a los médicos se les mueren los pacientes, tampoco se puede conseguir el cien por cien de éxito con todos los alumnos. Obviamente, los mejores resultados se obtienen cuando se cuenta con la colaboración de las familias. Sin embargo, estas cada vez dejan -que no delegan- que los centros escolares sean los encargados de educar a sus hijos, aunque se reservan el derecho a réplica en cuanto no les gusta alguna medida; lo más grave, además, es que suelen cconseguir salirse con la suya. La consecuencia más habitual es que los profesores se cansen de luchar contracorriente y terminen quemados. Al fin y al cabo, el "trabajo" es, para ellos y en estas circunstancias, el tripalium latino, ese instrumento de tortura compuesto por tres palos cruzados al que se sujetaba al reo.

  En adelante, espero tratar asuntos lingüísticos en un tono menos ácido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario