jueves, 5 de julio de 2012

SIGLOS XVI Y XVII: INFLUENCIA DEL ESPAÑOL

Palacio de Margarita de Austria en Malinas (Bélgica), donde se crió Carlos V (Foto mía)

¿En qué película aparece este palacio? 

¡Regalo sorpresa para quien lo acierte!

        Sí, todo tiene vuelta de hoja. Como hemos visto, el español recibe grandes influencias en los siglos XVI y XVII, pero a su vez también es copiado por otras lenguas:
 
Cervecería preferida de Carlos V en Malinas (Foto mía)

"En el Siglo de Oro, España se lanza con Carlos V a regir los destinos de Europa. Brazo de la causa imperial, se empeña en la defensa del catolicismo frente a los protestantes y turcos, pone su esfuerzo al servicio de la unidad cristiana y propaga en América la fe consoladora. 
         La expectación del mundo civilizado estuvo pendiente de la irrupción española. La lengua española alcanzó entonces extraordinaria difusión En Italia se tenía por gentileza saber hablar español. Otro tanto ocurría en Francia. En Flandes, incluso en los días en que el luteranismo y el deseo de independencia atizaban la rebelión, eran muchos los que aprendían el castellano por necesidad, para ocuparse de los asuntos públicos y contrataciones. Respondiendo a la apetencia general, fueron muchos los diccionarios y gramáticas españolas que aparecieron en el extranjero en los siglos XVI y XVII. 
Palazzo dello Spagnolo en Nápoles
         Resultado de esta influencia en todos los órdenes de la vida fue la introducción de numerosos hispanismos en otras lenguas, sobre todo en italiano y francés. Algunos son valiosas muestras del concepto en que se tenía a los españoles. Así, los italianos sforzato, sussiego, grandioso, disinvoltura, o los franceses brave, désinvolte, grandiose; no falta la apreciación irónica que revelan, por ejemplo, el it. fanfarone, los franceses fanfarron, matamore y hâbler “hablar con jactancia”. La sociedad cortesana adoptó crianza y cumplimiento>it. creanza, complimento, fr. compliment; Castiglione usa primor, accertare, avventurare; en el siglo XVII francés se registran menino y grandesse “condición de grande del reino, que también aparece en inglés, si bien como crudo barbarismo (grandeza). De distintos aspectos de la vida española hablan el it. piccaro, los ingl. picaro, desperado “desesperado”, siesta, fr. sieste, y los alemanes Siesta, Galan. Otros préstamos se refieren a la vida militar (it. morione, fr. adjudant, it. rancio “rancho”); a la guerra y tráfico marítimos (ingl. armada, flota, embargo, supracargo “sobrecargo”; fr. embargo, falouque; y los alemanes Karavelle, Schaluppe, Superkargo); al vestido (it. gorra, fr. ropille, inglés sombrero, al. Mantilla); a las relaciones sociales y domésticas (fr. camarade). A través de España llegaron a Europa multitud de americanismos (fr. patate, caïman, hamac, pirogue, tabac; it. patata, canoa, furacano/uragano, tabacco; ingl. potato, caiman, canoe, hurricane, tobacco, etc.). Con ellos entraron en francés nègre, créole, mulâtre; en it. mulatto, mesticcio; en inglés, negro, mestizo, mulatto; y en alemán, Neger, Mestize, Mulatte."
(Fuente: Rafael Lapesa, Hª de la lengua española) 

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