viernes, 10 de abril de 2015

P. D. JAMES (1920-2014)


No son ruiseñores, pero... ¿Hay algo más inglés que sus cisnes -aquí, "conviviendo" con las gaviotas? (Foto mía)
      La literatura en lengua inglesa sigue de luto. A nuestra entrada anterior, relativa a Nadine Gordimer, debemos sumar ahora el fallecimiento, el pasado 27 de noviembre,  de P. D. James, nombre "artístico" de Phylis Dorothy James. Se trata de otra gran dama de las letras, en este caso dedicada a la novela negra, por lo que en muchas ocasiones ha sido comparada con Agatha Christie. 

Otro signo inglés: el colegio Eton (Foto mía)
    Las circunstancias familiares impidieron que James recibiese una formación académica más elevada, pues debió abandonar los estudios a los dieciseis años. Como consecuencia de la incapacitación laboral de su marido, y el ingreso de este en una institución, trabajó para la Administración británica en el departamento de Criminología, sin duda un buen lugar para tomar ideas para sus novelas.

No podemos hablar de Jane Austen sin ofrecer imágenes de Bath (Foto mía)
     Su ídolo literario era, indiscutiblemente, Jane Austen, en especial su obra Orgullo y prejuicio, de la que intenta adoptar la solidez estructural. James no aceptaba el concepto habitual de que la novela policíaca es un género menor dentro de la literatura, sino que consideraba que podía compartir el nivel más alto que se suele reconocer a otros géneros narrativos. De hecho, sus conocimientos le condujeron a escribir el tratado Todo lo que sé de novela negra.

Inglaterra: el castillo de Windsor y la reina Victoria (Foto mía)
    En cualquier caso, es interesante cómo James aporta nuevas tramas a la novela policiaca. La protagonista es la sociedad británica, a la que se aprecia con una dimensión crítica, con matices de fina ironía que en ocasiones raya en la mordacidad. 

  
En Inglaterra también hay romanticismo: el Royal Pavillion en Brighton (Foto mía)
  Como final, mencionaremos que muchas obras de nuestra autora merecen ser reconocidas. Entre ellas destacamos Mortaja para un ruiseñor, La muerte llega a Pemberley, Muerte en el seminario, etc.