martes, 21 de enero de 2014

CARMEN AMORAGA (1969- )

 
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      Nuestra autora, valenciana de nacimiento, está de actualidad. Acaban de concederle el Premio Nadal 2014 por  su novela La vida era eso. Con ese motivo, decidí empezar a leer uno de sus libros, El tiempo mientras tanto (finalista del Premio Planeta 2010), que tenía en la recámara desde hacía tiempo. A decir verdad, me ha sorprendido. Si bien en diferentes momentos había comenzado la lectura, siempre la dejaba después de leídas unas líneas; me parecía que iba a ser demasiado sufrimiento el que se iba a describir en la novela, bastante más del que yo estaba dispuesta a soportar.
 
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      Esta vez he logrado continuar, y me he llevado una agradable sorpresa. Esos comienzos sirven de introducción a una estupenda pintura de caracteres: Pilar, Paco, María José, Joaquín, Marga, Cleopatra... Son personas redondas, complejas desde el punto de vista psicológico, que van evolucionando a lo largo de su vida según su experiencia personal. Además, los personajes se reservan su intimidad hasta extremos increíbles; casi nadie sabe cómo es otra persona, a excepción, tal vez, de María José y Marga, cuya sincera y entrañable amistad es un importante pilar para la trama. Sin duda, se trata, en conjunto, de una novela muy recomendable.

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¿Qué podemos añadir sobre la trayectoria literaria de la Carmen Amoraga? En primer lugar, que será una autora a la que deberemos seguir. A pesar de su juventud, ha recibido numeroso premios, e incluso fue finalista en el Nadal del año 2007 con Algo parecido al amor. Parece que es una constante en su novelística rehuir el dramatismo, de modo que su obra puede contribuir a que el lector recupere su equilibrio personal en situaciones similares.

        Ahora disponemos de unos cuantos enlaces para conocer más sobre la obra de Carmen Amoraga:

      Para terminar, incluimos una entrevista a la autora, a propósito de la concesión del premio Nadal 2014:
http://www.elmundo.es/cultura/2014/01/06/52cb330122601db8098b4577.html

(Las fotos representan algunos paisajes de la obra de Carmen Amoraga)

domingo, 12 de enero de 2014

ANTON CHEJOV (1860-1904)

El esplendor de los zares: Petrodvorets (San Petersburgo) (Foto mía)
         La literatura rusa no es de mucho éxito en la actualidad. Sin embargo, en el siglo XIX fue una de las más seguidas en la literatura universal. Grandes figuras, como nuestro propio autor, o Tolstoi, o Dostoievski... fueron admiradas, sobre todo en el ámbito narrativo. Chejov, médico de profesión supo añadir la introspección a la salud física de sus personajes dentro del movimiento realista. Su mala salud le llevó a pasar temporadas en Crimea (de clima más suave) y a visitar los balnearios de Europa Central, donde se codeaba con la alta sociedad. Su literatura no se ajusta al escritor comprometido; por otra parte, rechaza el narrador omnisciente y su afán pedagógico. No obstante, hacia el final de siglo evolucionó hacia posturas izquierdistas.

Baden-Baden, una de las ciudades balneario centroeuropeas más famosas en el siglo XIX (Foto mía)
       Su gran obra fue La gaviota, que le supuso el pasaporte a la celebridad.
       Ahora tenemos algunos enlaces para profundizar en la vida y obra del autor:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/chejov.htm
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1582
http://www.letrasperdidas.galeon.com/c_chejov00.htm
     Aquí tenemos acceso a toda su cuentística:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/chejov/ac.htm
     Por otra parte, el siguiente enlace incluye una crítica de la obra de Chejov:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/12/01/actualidad/1385915588_167250.html

Rusia siempre será bella... (Foto mía)

lunes, 6 de enero de 2014

LA TOPONIMIA EN ESPAÑOL


 
(Foto mía)
      
Los grandes viajeros solemos tener problemas con la toponimia cuando acudimos a otros países. En mi caso, desde muy joven he recorrido esos caminos de Dios, y recuerdo lo difícil que me resultaba el flamenco en Bélgica. ¿Y quién no se ha angustiado en Irlanda ante un prolífico indicador que para más inri combinaba inglés y gaélico? Por no mencionar lo que sucede en el País Vasco, en que el nombre en castellano y el euskérico no suelen ser ni similares...


(Foto mía)
      Por todo ello he decidido hablar de la toponimia. Como es habitual, me baso en los criterios que apunta la RAE en el Diccionario panhispánico de dudas:

"La mayor parte de las dudas sobre topónimos se plantean cuando surge la necesidad de nombrar lugares nuevos o ausentes del repertorio toponímico tradicional. A ello se añaden los cambios de denominación impuestos por las nuevas realidades geopolíticas o reclamados por los Gobiernos locales, que a menudo chocan con las denominaciones tradicionales. Muchos topónimos provienen, además, de lenguas que utilizan alfabetos no latinos o que carecen de representación escrita, los cuales han de transcribirse y adaptarse siguiendo en lo posible los usos ortográficos propios, con el fin de que su grafía refleje adecuadamente su pronunciación.
 

Los topónimos pueden ser clasificados en los siguientes grupos:

1. Topónimos con forma tradicional plenamente vigente en español, que, no obstante, aparecen con cierta frecuencia en los medios de comunicación con nombres o grafías propios de otras lenguas. Se prefiere la forma española, a no ser que haya caído en desuso o se haya producido un cambio de denominación: Amberes (no Antwerpenni Anvers), Ciudad del Cabo (no Cape Town), Milán (no Milano) oNueva York (no New York).
2. Topónimos que carecen de forma adaptada al español y se emplean tradicionalmente con la grafía propia de la lengua local o con la grafía correspondiente a una lengua puente. Se respetan estas grafías, incluso en lo concerniente a su acentuación, por tratarse de formas ya asentadas en el uso: Canterbury, Ottawa, Washington o Copenhague (del inglés Copenhagen, en danés København).

3. Topónimos cuya forma tradicional en español ha caído en desuso en favor de la forma local. Se da primacía a la forma localAnkara (antes Angora), Bremen (antes Brema) o Maastricht (antes Mastrique).

4. Topónimos con cambio de denominación oficial en favor de la forma local, pero que cuentan con una forma tradicional española plenamente vigente. Se prefiere la forma española: Calcuta (noKolkata), Moldavia (no Moldova), Bombay (no Mumbai) o Esmirna (noIzmir). Solo en aquellos casos en que se ha producido un verdadero cambio de nombre (y no una mera reivindicación de las formas locales de este) se recomienda la nueva denominación, que debe sustituir a la anterior: Burkina Faso (antiguo Alto Volta) o Sri Lanka (antiguoCeilán).

5. Topónimos que se emplean a menudo con grafías que responden a la transliteración o representación en otras lenguas (normalmente el inglés o el francés) del nombre local, perteneciente este, por lo general, a lenguas que utilizan alfabetos no latinos o que carecen de escritura. Se propone la adaptación de esas formas al sistema gráfico del español de acuerdo con la pronunciación más generalizada entre los hispanohablantesZimbabue (no Zimbabwe), Punyab (no Punjab) o Buriatia (no Buryatia).

6. En el caso de topónimos pertenecientes a lenguas que utilizan alfabetos no latinos, se recomienda la forma gráfica que resulta de aplicar las normas de transliteración de esos alfabetos al español y se reconocen, si las hay, otras grafías asentadas: Qatar Iraq (también Irak). Las formas transcritas se acentúan gráficamente de acuerdo con las normas ortográficas del español: Shanghái, Taipéi. En cuanto a los topónimos que responden al estándar «pinyin», se prefiere, si la hay, la forma tradicional españolaPekín (no Beijing), Cantón (no Guangdong [provincia] ni Guangzhou [capital]) o Nankín (no Nanjing).
(Foto mía)