martes, 25 de junio de 2013

CARMEN POSADAS (1953- )

Palacio Peterhof, cerca de San Petersburgo (Foto mía)
    A decir verdad, Carmen Posadas cada vez me gusta más. Si bien mis primeros conocimientos sobre ella poca relación guardan con el mundo de la literatura, la realidad es que se ha ido consolidando como escritora de libros infantiles y articulista. En esta última faceta ha podido ir desarrollando sus ideas y depurando su estilo, que ya fue premiado en 1998 (Premio Nacional de Literatura por Pequeñas infamias). 


El esplendor ruso (Foto mía)

    De todo este proceso literario es fruto su nuevo libro, El testigo invisible. Inevitablemente, su temática, centrada en la Rusia revolucionaria, es muy atractiva; además, la autora conoció en profundidad ese país y su peculiar funcionamiento, ya que su padre fue embajador en Moscú.  El mundo ruso fue protagonista también en Hoy caviar, mañana sardinas, obra escrita en colaboración con su hermano Gervasio.

     Está claro que el testigo protagonista de la novela, Leonid, no es tan inocente ni dúctil como parece al principio. En este sentido, podemos hablar de una especie de Bildungsroman en que el antiguo water baby va asumiendo progresivamente sus responsabilidades en la vida, siendo una persona dotada de los más altos sentimientos y capaz de apoyar a los más débiles. En suma: la novela me ha gustado mucho, y recomiendo su lectura encarecidamente.


¿Utilizaría el zar este globo terráqueo para las clases de geografía? (Palacio Peterhof) (Foto mía)

        A continuación incluyo algunos enlaces sobre la autora:

http://www.carmenposadas.net/index.php
En el siguiente enlace podéis leer una interesantísima  entrevista con la autora.


Basílica de Nuestra Señora de Kazán (San Petersburgo), mencionada en El testigo invisible (Foto mía)



















ADVERTENCIA: Pese al origen uruguayo de la autora, no la incluimos como escritora hispanoamericana dado que desde su adolescencia ha vivido en el área de influencia del español peninsular. Aun así, en esta novela Uruguay juega una papel nada desdeñable.



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